martes, 9 de junio de 2009

Ser poeta

Pablo Mora



Ser poeta es extender la soledad, recoger la sombra y ensanchar el alba. Salir, vivir, caer y renacer. Decir lo que las cosas sueñan. Saber que estar vivo es tarea difícil, que toda hora engendra a la que sigue, hasta que llega una que se quiebra. Es darle nombre al alborozo, al hambre, al griterío. Saber que el pan lo sabe todo; como la luna, todo del anafre. Saber que todo es al fin no más un cuento mágico. Transformar la vida, esa selva salvaje, áspera y fuerte. Saber que hay preguntas sin respuesta esperando en los caminos. Saber que la eternidad comienza un lunes y al día siguiente apenas si se nombra. Ser poeta es un desafío consigo mismo, con el tiempo, con la historia. Es ser un eco de la conciencia colectiva acumulada en el hormigón fraguado por el hombre. Resonancia del sueño, de la angustia y la esperanza de la especie.
Ser poeta es saber que la poesía es un acto de fe en el hombre, en la palabra y en la vida. Es sorprenderse, extrañarse, asombrarse. Proponerse ser un instrumento para transformar el mundo. Es una experiencia de vida, de liberación, individual y colectiva, un destino. Buscar la luz. Salvarse juntos. Festejar la vida. Llegar vivos a la muerte. Dar con la antigua trocha de la paz. Navegar hacia adentro del asombro. Acompañarnos con un pan en la mano y un camino en el pie. Saber el tamaño exacto de la pena. Conocer el lado oscuro de la rosa y la terrible majestad del pan. Volverse vagabundo, apoyar las palabras sobre la sangre, arrestar al viento, al sol, las mariposas. Inventar ratos, penas, alegrías y tardanzas. Echar un vistazo al mundo. Ponerle trampas a la muerte. Infundir a los hombres un hambre ardorosa e insaciable de belleza, entusiasmo y libertad.
Ser poeta es poner las cosas en su sitio, sentir lo ambiguo de las cosas, el sueño de las cosas. Saber que Dios madura y que podemos construirlo. Oír al viento, al agua, a la noche, a la piedra, a los árboles, las hormigas, la vertiente. Ser poeta es saber que la poesía, como el universo, es lenguaje en expansión. Reconocer que se trata de un oficio duro. Ser poeta es una actitud social, de compromiso con el hombre. Una actitud de transformación personal y colectiva. Es construir una obra, un discurso, una vida. Es vencer la oscuridad. Es saber del único tiempo que existe, la nada. Reconocer que la poesía no se corrompe, permanece inalterable. Tener el vigor de luchar contra el tiempo. Ser poeta es convencerse de que la poesía es la meta de nuestra especie.
Ser poeta es una forma, una manera de mirar la vida. Tratar de parecerse a cada hombre. Cargar con la queja, el alarido de la calle. Querer encontrarle al silencio la guarida. Hacer caber a Dios en un dedal, al sol en el ojo de una hormiga, al mar en los labios de una perla, al universo en una gota de rocío. Ser poeta es estar dispuesto a la vigilia. Estar de guardia. Vigilar mientras los otros duermen. Desde la garita, sentados al borde de la noche, escuchar las estrellas. Vigilar la marcha de los árboles, de los pueblos, de los hombres. Amanecer con el alba. Dar por sagrado el desorden de nuestro espíritu, por ineludible el insomnio y la noche que nos cruzan. Llegar a lo desconocido. A pesar del ventisquero, la tormenta, velar, brillar, resplandecer, para que el canto siempre permanezca.

pablumbre@hotmail.com

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